Hay un mar ancho y proceloso
que parece tragarse nuestros tiempos.
Y aunque existan relojes, muy lustroso
Sigue siendo la distancia nuestro infierno.
Y aunque tenga, mis remos siempre listos.
Y mi barca en perfectas condiciones.
Hay licencias que me falta obtenerlas
pa bogar, codo a codo en los rincones.
Es por ello que mis jarcias aún descansan.
Entre arenas y rocas milenarias
y aunque hollen mis pies con cuidado cada alga,
aún sigue varada la esperanza.
Mientras tanto, capearemos tempestades.
Cubriremos de sonrisas, nuestras lluvias.
Y veras que en el cielo también caben.
los suspiros con sus notas de ternura.
be bj
julio,2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario