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lunes, 4 de febrero de 2019

hay

Hay un mar ancho y proceloso
que parece tragarse nuestros tiempos.
Y aunque existan relojes, muy lustroso
Sigue siendo la distancia nuestro infierno.

Y aunque tenga, mis remos siempre listos.
Y mi barca en perfectas condiciones.
Hay licencias que me falta obtenerlas
pa bogar, codo a codo en los rincones.

Es por ello que mis jarcias aún descansan.
Entre arenas y rocas milenarias
y aunque hollen mis pies con cuidado cada alga,
aún sigue varada la esperanza.

Mientras tanto, capearemos tempestades.
Cubriremos de sonrisas, nuestras lluvias.
Y veras que en el cielo también caben.
los suspiros con sus notas de ternura.

be bj

 julio,2018

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