Mientras el caballero
ahoga
sus gritos guturales.
Ella remienda su alma.
La remienda poco a poco.
Y no quiere viento, ni
siroco,
Pues pronto encenderá su
dulce flama.
Cazará dulcemente mariposas.
Sostendrá la lira con sus
manos,
Volverá en arrebol una
mañana.
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