No me preguntes:
¿Por qué te extraño?
¿Por qué mis ojos están poblados.
por dos grandes perlas blancas?.
No me digas:
si el silencio a roto la madrugada.
Si la lucha no es acaso contra los fusiles
y la amarga duda de no encontrarte.
No me dejes:
con el corazón henchido al viento
en en cada trino.
Un recuerdo,una voz,una luna llena,
una caricia, una ternura,un silencio acompañado.
Vente a caminar:
lado a lado con mi espalda dolida.
Qué ya la carga se hace casi insoportable.
Solo un segundo, llévala,
hasta el viento austral inpenetrable,
estival, casi festivo
y estaré alegre, de haberte encontrado
bajo la lluvia, en una esquina de mi ciudad....
(Concepción,Chile 14 de septiembre de 2002)
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