Se han ido las flores rojas
a dormir en su jardín
no saben que ya no está
que se ha ido de aquí.
A entornado las puertas
y también las ventanas
a ver si un rayo de plata
no se le escapa cada mañana.
En su pensamiento vaga
la duda de existir
ya no es el típico viento
de la mañana de abril...
con su ligera capa
de húmedo temblor
abre sus alas doradas
y pide al viento norte
que le amaine el dolor...
No espera qué la ternura
llegue a su vida de nuevo,
no espera que sus manos pequeñas
escriban versos de consuelo
solo se va como vino
por la cerradura angosta
sola con su destino
para acabar con las horas...
BE BJ
2002
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