esa que siempre halaga sin sentido.
aprendí a hacer mis trinos y graznidos
en la savia del mar y sus designios.
Aprendí del océano soberano
a esgrimir la fuerza en la derrota
a cantar. Mientras solloza el alma.
Y si tú, lo tomas como insulto,
es problema de tu mente cotidiana,
no me queda remedio contra el asma
ni me queda tolerancia en la ventana.
Como me ves , no soy toda una reina
apenas si, pequeña abeja cortesana
que aprendió a reparar sus alas
y a volar por el aire con la frente alta.
BE BJ
junio 2009
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