Hoy me voy hacia los antros de los peces
donde no queda bohemia, ni aguante.
Es allí donde encuentras buen talante
Y el alma no se vuelve, estridente.
Es lugar donde el brillo es solo brillo,
y el viento huracanado no nos cala.
Porque el agua es delirio de dulzuras,
Donde todo se diluye entre las arcas.
Espejismos, silogismos y diatribas,
no tatúan nuestra piel cual esqueleto.
Son apenas una brisa de septiembre ,
Que nos roza con su calma de invierno.
2006
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