A veces se vienen los motivos
como un aletear de libélulas
encendiendo sus farolas,
sus luces rojas en medio
del carnaval del bosque citadino.
Pero cuando escucho tu voz
entonces, la conciencia de la lejanía
de las flores que no cortamos juntos
del café que dejaste enfriar anoche
me vuelve a la claridad y nubes,
que de incertidumbre me visten,
con ropajes de gala hirsutos.
Donde no cabe más,
sino que una sonrisa
y la incertidumbre y certeza
Que no estarás allí cuando arribe.
Be bj
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